He aprendido a viajar en una nube que me lleva a todos los sitios en los que ya estuve pero no pude ver.
No se ni como se hace esto ni como se viven las mañanas de resaca sin ti en mi cama.
Pero estamos en paz
y
vivos.
Somos a veces el vuelo de un pájaro, otras su caída. Que a ti te da lo mismo y a mi ya no me importa.
Probablemente esté corriendo demasido buscando el sol que se apagó.
Y estoy segura de que no funciona así.
Pero estoy partida intentando buscarle explicación a lo que ya sabes pero todavía no entiendo.
No lo creo sinceramente y perdoname.
A veces no puedo aguantarlo.
No me atrevo a abrir la caja ni a leer las cartas.
La calma a veces se escapa, se marcha, avanza...
Somos de quien no y queremos ser sin.
Pero ha llegado la primavera.
Podríamos haberlo compartido.
Las primeras notas.
Tirados y extasiados.
Casi muertos pero casi viviendo.
Y dejame decirtelo sin palabras...
esto es un deja vu de lo que nunca pasó.
Me recuerdas un poco a mi y eso me entristece.
Porque era todo fachada, tenía los huesos rotos y el corazón en la mano, te prometo que por más que lo intentaba coser era en vano, se me deshacía, se marchaban las tardes...y yo no conseguía avanzar.
Me caía en el mismo pozo cada vez que andaba unos metros, tuve suerte de que siempre se lanzaban a salvarme, de que me agarraba con el alma a salir de allí, aunque siempre volvía a caer.
Me quise curar tantas noches, me quise arrancar la vida tantos días...pensaba que era imposible. Lo fue durante tanto tiempo, parecía crónico.
Y me entristece.
Una cura, una sonrisa, unas ganas y como siempre me habían susurrado al oido "esto también pasará".
Y pasó.
Y llegó.
No quiero, pero no dejo de esperarlo.
Como si fuese lo unico que quiero que ocurra aunque ya sabes que he corrido lejos.
No se como se le llama a esto, si es que se le llama, si es que se desarma. Nos hemos encontrado a medio camino con las manos ensangrentadas de sujetar la cuerda para que no se cerrase la puerta de golpetazo y como ha sonado.
No se como se conduce hasta un sitio que no está en ningún lugar pero que ojalá existiese, donde pudiesemos borrar y empezar de nuevo o de bueno.
Ya me entiendes y si no...
y si no, ya me entenderás.
Sus palabras me taladraron las ilusiones.
A veces pasa.
A veces pasamos y perdemos el tren.
A veces viene la ola y nos destruye el castillo de arena.
A veces.
Otras no pasa.
Otras evitamos el pinchazo, pero queda la marca que hubiera hecho.
A veces buscamos en sitios diferentes y con finales diferentes.
No pasa.
Pero estamos en tablas.
Ahora tienes un agujero en el centro del pecho que intentas llenar con ganas de no acordarte de mi.
Tienes entre tus dedos faldas de todo tipo, labios pasados, vidas presentes...
Pero no funciona, nadie es para ti, ni yo.
Y los fantasmas, los errores, los besos que diste de los que te arrepientes vuelven a llamar a tu puerta, les abres, les abrazas y pasan.
Así funciona para ti, siempre ha funcionado así. Rompe con todo, como cada noche ahora no tienes que recomponerlo al amanecer...todo es más fácil ahora, tienes otro camino que andar, en dirección contraria.
Parecía que llevabas toda la vida buscándolo, ahora con un hueco en el centro todo se vuelve más negro, no querías...pero lo encontraste al fin.
"A veces las declaraciones de amor más bonitas no pueden compartirse porque nadie entendería porque nos hicieron sentir tan especiales."
Cada segundo es menos de lo que parece.
No nos importa.
Cuando nos miramos todo es más. Más fácil, más feliz.
He parado los relojes de casa para que no pase el tiempo.
No te lo he dicho pero...
gracias.
¿Sabéis como terminar de decir adiós?
Cerrar la puerta tirar la llave y no lanzarte al rio a buscarla.
Sabéis como se cierran los capítulos, como terminas un libro y lo dejas ahí, en una esquina y no leerlo nunca más.
¿Sabéis como se hace eso?
Ocurre, con el tiempo, cuando no te das cuenta.
Puedes dejar la puerta abierta porque ya no habrá nadie al otro lado.
Y hay que sanar las heridas, como antes.
Saltos y risas.
Cuando te paseas por casa como si llevases aquí años.
Como te paseas por mi vida.
Por los días grises en los que brillas por el sol.
Por ser hogar cuando no me quiero ni mirar.
Por ser calma en la tempestad.
Por encontrarme cuando estaba perdida.
Por haberme sacado de mi vida.
Por llevarme a Júpiter .
Por hacer que no tenga la sensación de que todo se va a hacer añicos.
Por ser simplemente cuando no soy.
Y todo está mejor,
como dice el guión.
"Llenaba de palabras los últimos coletazos de quienes fuimos por miedo a que lo único que quedaba en realidad por decir cortará de raíz el nudo. Ese nudo eramos nosotros y prefería el problema al vacio.
¿Y si lo escribía? Escribir siempre fue mas facil que mirarla a los ojos y abrirme en canal. Una nota dentro de su mochila del instituto con un "Te quiero" escrito a toda prisa, unas margaritas compradas con mi paga semanal y una tarjeta escrita bajo la mirada de la florista para decirle cuanto la añoraba; un mensaje de texto con el que justificarme. Siendo sincero, no entiendo cómo pudo quererme si lo único que tuve que decirle siempre fue "Lo siento".
Bien lo decía su hermano: "La quieres tio, pero no sabes hacerlo y eso va a terminar por volverla loca". No la volví loca, pero le partí la vida en dos."
Mandame un mensaje de amor.
De esos con los que siempre hacemos las paces después de hacernos sangre.
Dejame correr y sentir que solo necesito viento y sol.
Ven detrás por si me pierdo y no sé volver a nuestra casa, porque solo allí soy yo.
Solo soy, si estas.
Mandame un mensajes de esos de amor eterno, aunque mañana no seamos nadie, de esos que da igual que el día sea gris o estemos tristes.
Mandame un mensaje de amor...
un mensaje de paz...
un mensaje de 'vuelve pronto'.
He perdido tu risa entre todos estos túneles.
Ya no se como te late el corazón.
Por donde caminas ahora, por donde te llega el pelo, cuales son tus miedos.
No se como has llegado a esto, si te he soltado o no estas cuerdo.
He perdido, por ganar a la derrota. Pero no me quedaban oportunidades.
He dejado de escuchar las canciones, he dejado de pasar por delante de ese cafe y de decir esa palabra.
Estoy intentando no repetir, lo he quemado todo pero es como un fénix.
"Cuando bailo suenan cristales", las botellas que rompiste por no aceptarlo, las mentiras que dijiste por no verlo, las veces que te fuiste sin saber que en alguna de ellas no podrías volver.
Ahora está en calma, azul tenue, diamante en bruto, simple.
Estoy tirando piedras al pozo que tengo en el centro del pecho a ver si se llena y deja de gritarme desde abajo que no se continuar.
Elegimos el camino que queremos tomar, nos arrepentimos de las decisiones que no nos dejaron acertar.
Estamos perdidos en medio de un caos en el que no se puede vivir. Ni sentir.
Y somos menos de los que deberíamos.
Porque me he quedado sola y a oscuras.
No te quiero señalar pero, ya es tarde.