Tan solo dime ven. 

Tienes sangre en los labios,

rabia en las costillas,

rabia en las costillas. 

Mar revuelto, ganas de vernos, 

golpe en el pecho, 

golpe en el pecho. 

Muéstrame un camino sin espinas, sin precipicios, sin almas en pena rondando las noches en las que no sujetas tus ganas de salir corriendo. 

Creo que ya no reconozco tus manos, 

¿estás ahí?.

Con ella no puedes ser tu, ¿lo sientes?.

Ni si quiera se quien eres, ¿me recuerdas?, estoy aquí.

Rabia en las costillas. 

Sabes que ya ha pasado el tiempo necesario para mirarnos en la distancia, con paredes transparentes, con nudos en las entrañas. 

Golpe en el pecho, 

se apagan las luces, 

nos fundimos. 

Sientes cosas que no son y que no entiendes.

Con un mar de dudas, muertas, en pena. 

Así te encuentro así me encuentras en la tormenta a medio camino de morir ahogada por ti. Por nada. 

Recuerdame al menos en Stanby... 

"Vive mirando una estrella
siempre en estado de espera.
Bebe a la noche ginebra
para encontrarse con ella.
Sueña con su calavera
y viene un perro y se la lleva,
y aleja las pesadillas
dejando en un agujero
unas flores amarillas
pa' acordarse de su pelo.

Sueña que sueña con ella
y si en el infierno le espera...
quiero fundirme en tu fuego
como si fuese de cera.

Antes de hacer la maleta
y pasar la vida entre andenes,
deja entrar a los ratones
para tener quien le espere.

Sueña con su melena
y viene el viento y se la lleva,
y desde entonces su cabeza
sólo quiere alzar el vuelo,
y bebe rubia la cerveza
pa' acordarse de su pelo.

Sueña que sueña la estrella
siempre en estado de espera;
vuelve a coger la botella
y pasa las noches en vela,
...siempre en estado de espera."

Sense

¿Por qué quieres que te quiera alguien que no?

Que no sabe, que no tiene, que enloquece, que no cura.

Con una diminuta idea plantada en lo más hondo, con un no querer saber ni escuchar. 

Pasándote una vez más en una parte diferente, con el mismo quemazón.

No se cuando se aprende a dejar de lado la vida que no da para más, los días que ya no saben a sal. 

No se porque nos empeñamos, nos desgastamos los huesos, nos olvidamos de nadar. 

No le encuentro sentido a estar continuamente alertas, a ciegas, a medias. No le encuentro sentido a que me duela que no me quieras, que nunca lo hicieras. 

Pero ahí está atragantado en la garganta a medio paso de hacerme añicos o yo de hacerlo añicos.

Borroso, una noche más cargando con el peso de no saber hacer, de no querer, de volver. 

Buscando siempre la fuerza que escondí en los diferentes cajones de la vida, para mañana sorprenderme de lo que soy capaz, de lo que no me has quitado. 

A veces te das cuenta que no sólo pasa, donde todos miran. 

A veces, una noche más con ganas de acabar.