Hay una roca en el centro del pecho,

que ha dejado de cantar, de crecer y de buscar el camino. 

Tengo muchos miedos que no sabía que tenía. Siento que el sol ya no calienta. Estoy intentando pedir ayuda, no quiero estar en el sitio equivocado. 

He sentido como nadaba a contracorriente y como verdaderamente no sabía quién era. 

Todo me parece una locura, una locura que no acaba. 

He intentado escribir muchas cosas, pero nada explica todo el agujero, grito mucho, pero se escucha poco. 

Todo el puto rato.

"Tú estás más o menos bien

y no hay nada malo en ello.

Yo estoy como una mierda 

y tampoco hay nada malo en ello.

Hoy no he podido despertar 

tú habrás llegado hace rato, 

has dejado nuestro mundo detrás,

te has quitado los zapatos...

Un pensamiento en espiral 

revuela sobre mi tejado. 

Has dejado nuestro mundo girar 

casi ciento ochenta grados.

Todo está por empezar 

te he querido tanto.

No he sabido calibrar 

todos tus encantos..."

Me da tanto miedo escribirlo, que aún no he sido capaz ni de poner dos palabras seguidas.

Y no lo voy a hacer, todavía los ríos corren muy rápido y no me dejan ver. 

No he conseguido salir de aquí y tengo miedo, pero un poquito menos.