viernes, 11 de agosto de 2017

Basta.

Tu pelo me hacía creer que estaba en el paraíso.
Te veía puro, real..no imaginaba que no eras más que una ilusión, una vía de escape que mi cabeza se había creado.
No eras más que lo que yo quería que fueras, así pasaba que nunca te encontraba. Una vez de cada diez y las demás, soledad, frío, pero sobretodo hostilidad.
Te rebuscaba cada noche en cualquier rincón, pero no acostumbraba a bailar contigo, solía verte bailar, te ansiaba. Te adoraba. A mi ilusión.
Tu nunca fuiste ese.
Tu eras el de por encima del hombro, el de hoy no me apetece, el de ni si quiera te había visto.
Y yo era un continuó, por favor, un lo siento, un tal vez mañana.
Un mañana que no llego.
Y cuando ves que por más que persigues, el sol sigue saliendo por el mismo lado, es mejor echarse a un lado.
Dicen que lo mejor es una retirada a tiempo, porque tenia el fracaso asegurado.
Ni tan si quiera me preocupe de cubrirme las espaldas, ¿para qué?, me lance al vacío y me quede tendida en el suelo en varias ocasiones, aun alli, te buscaba, te reclamaba.
Eras Roma, París, Estocolmo...pero sobretodo la fría Rusia, un tremendo ruido. Una jauría.
En realidad eras pura calma, tanto que ni te escuchaba, tanto que ni te veía.
A veces me parecías de mentira, pero me empeñe, en conseguir sacarte de mi cuento, con cero resultado...
Conmigo era muy fácil, idas y venidas, desplantes, en la mano.
Pero todo el mundo aprende a decir hasta aquí. Y fue entonces cuando decidí, que iba a ser tan yo que algún día dirías basta, y bastará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario