Dime que no, pero si.
Siempre eras al que quería sacar a bailar los miércoles por la noche, porque cualquier día es bueno para ver volar tu pelo.
Cualquier día es bueno para dejarnos llevar por el viento.
No se tú, pero yo hubiese corrido cientos de kilómetros por encontrar un centímetro de tu cuerpo y besarlo.
No me importaría, dormir en tus pestañas ni saltar desde tu clavícula, ni pasar las primaveras balanceandome en tus pesadillas o entrometiéndome en tus sueños.
Todo lo que tenga que ver con la increíble manera que tienes de mirarme un domingo, así como que nos acabamos, así como que nos fundimos. Para que el lunes nuestros nuevos nosotros, comiencen a construir otra semana de su vida, comiencen a plantar flores los lunes y a tomar café un martes cualquiera.
No es que los sábados estén hechos para romperse, es que caemos uno tras otro desechos de amor.
Porque a fin de cuentas, cualquier día es bueno para querernos, hasta los jueves con todo lo que ello conlleva.
Somos a veces el vuelo de un pájaro, otras su caída. Que a ti te da lo mismo y a mi ya no me importa.
lunes, 2 de octubre de 2017
Días para querernos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario