Huir.

Algún día nos saldrán las palabras acumuladas después de tanto tiempo.
Entre líneas.
Leeme las palabras que no escribo, por miedo o por desapego.
No se como gritar más fuerte. No se decir adiós. No se no estrellarme una y mil veces.
Nos harán creer, nos haremos creer. Cobardes, huyendo de nosotros mismos.
Hasta cuándo.

Casi todo pero nada.

Estoy a medio palmo de decirlo siempre, pero en silencio, sin molestar, sin despertar.
A flor de piel, con ganas en los costados y con el miedo guardado debajo de mis últimos recuerdos ya lejanos.

Sintiendo más que nada, menos cuando te dejo de ver al atardecer siendo un loco escurridizo sin ganas de aparecer.

No lo sabes pero lo intuyes, no lo dejas de pensar y tortura el alma de lo que no puede o no debe.
Todo esto es braile, besos sin dar, lunas llenas sin mirar, casi todo pero nada.

"Porque quiero y puedo, porque busco y no encuentro, porque me abrazo y no me alcanzo. Porque te miro en la luz que antecede al crepúsculo, porque te invoco quedito antes de dormir. Porque a veces no encuentro como decirte lo que siento, porque corro, porque me pierdo en la taza de té, porque te pienso cuando creo no hacerlo. Porque te me escurres tibio y salado. Por la hora de insomnio de 2:55 a 4:00 a.m, porque te abrazo con viento, porque te beso las sienes con sol. Porque eres mio y tan tuyo siempre, porque cuando no te imagino, te veo. "

Una canción para no decir te quiero.

'La noche es tu amiga,
Te abraza las manos vacías
Del frío del ferrocarril.
Me miras y pienso
En que somos libres
Como el aire comprado de un ventilador.

Hace demasiado que dormimos en el suelo
Y sé que sientes la aguja de la angustia,
Sé que estás en la búsqueda a tientas,
Lucha interna por saber qué pasa ahí.

¿Quién es suficientemente joven y valiente
Para soportar el peso de empezar?

Si llueve nos emborrachamos
Y así no lloramos al pasar Madrid.
Gritándole al manto de estrellas
Que no quieres ser como ellas ni yo.

No puedo soportar que todo cambie,
No entender a casi nadie
Y el sabor salado del sudor,
Los fogonazos de azufre
Si vamos los dos en el vagón.

¿Quién es suficientemente joven y valiente
Para soportar el peso de empezar?
¿Quién será quién quiera que sea el que sea
Capaz de soportar el peso de lo que vendrá?

No hables de milagros.
No hables de milagros.
No hables de milagros
Si no estás aquí.'

Polvo.

Las mismas calles de siempre y no cambia. Pero si lo hace lo que llevo en el pecho, colgando y desatado.
Tengo el corazón un poco usado, un poco triste, un poco extraño.
No se desde que día, yo, soy la mitad de lo que era.
No se desde que día tengo los sueños encadenados a un recuerdo que quiero dejar de vivir.
El sol no calienta siempre aunque sea el centro del cielo, ni los días avanzan aunque pasen. Nada se para y yo solo soy polvo.

Cruel.

Te quiero un kilo pero de diamantes, de sonrisas, de momentos...de vida.
La vida que tenemos que pasar juntos.
No se si se puede querer más, tanto que te desgarra el pecho. La vida a veces es cruel.

Familia.

Familia significa que suena el teléfono y cruzas el océano que tengas que cruzar para llegar a tiempo.

Hay veces que te rompes de arriba a abajo. Y no puedes ni ser.

Dímelo que lo necesito. Sin que sea. Pero dilo.
Haré como que no me entero, haré que no existe. Pero dilo con fuerza.

...

En una tormenta de arena que no la calma ni la paz más absoluta.
Todo tiene un origen y no se como cortarlo.

Tengo el alma encadenada y muy pocas razones, porque el corazón no es lógico y a veces ni escucha.

No se que parte de mi está pidiendo auxilio, no se que parte de mi se ha quedado atrás ni que parte no puedo recuperar.

Como se le llama a las ganas de acabar sin haber empezado. Como se forma una vida dejando medio corazón en otro sitio.

La historia siempre se repite cada vez que toca volar.

No puedo,
lo hago sin poder, sin tener.

Me cambio por ti.

Papa.

Soy parte de ti, eres parte de mi.
Desde antes de ver luz, desde antes de ser.
Son días de cuidar y querer.
La sangre me duele, por verte sin querer donde no nos gusta ser.

Tengo tus ojos, papa.