domingo, 19 de enero de 2020

Sigue iluminando estrella.

Muerta,
directo al pecho. 
Solo tú lo sabes. 
Solo yo lo sé. 
Es difícil de entender pero sin querer lo hacemos, lo sacamos, lo lanzamos. 
Quizá sin darnos cuenta, 
quizá demasiado conscientes. 
Sin preguntar, sin querer saber, sabemos porque hacemos cosas maquilladas de decisión propia. 
Sabemos porque seguimos viéndolo aún teniéndolo tan claro. 
Sabemos, que no entendemos el porqué. 
Es algo que ya grabamos dentro, no se puede evitar, lo sabíamos, no es posible. 
Aunque sea la piedra más negra, es nuestra piedra y eso no se puede cambiar. 
Aunque yo no lo quiera, aunque tú ahora no lo sepas o si. 
Pero dando la vuelta a la esquina parece que no existe o mejor aún que nunca existió. 
Es mejor vivir engañado tras un montón de viejas palabras, de nuevas, de flores, de comienzos, sin duda.
Palabra a palabra sabía como iban a ocurrir las cosas como el soplo de aire fresco lo iba a provocar yo pero no lo llegaría a disfrutar, no había manera. 
Sientos las piedras, siento los empujones a un vacío necesario para llenarlo de flores. 
Otro disparo, 
otra vida, 
yo sigo viva, visitándote de vez en cuando. 

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