Ni los lunes cansados.
Yo ya no soy, todas esas letras, ni las ganas de más, ni los días de menos.
Porque, yo ya no soy, ni el primer pensamiento al despertar, ni los ojos en blanco, ni las ganas de juerga.
Y es que a veces, ya ni soy, las carcajadas, ni tus flores, ni tus mientras.
Por qué no soy, ni somos y lo peor, ni seremos.
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