jueves, 5 de septiembre de 2013

El tiempo pasa, y aquí seguimos.

Y si te digo que llevo pensándole, tanto que he perdido la cuenta, que llevo teniendo su imagen en mi cabeza día tras día, y la repaso de arriba a abajo, y cuando termino de recordarle empiezo a recordarnos, sonrió, por mucho que se empeñase en decir que mi sonrisa era mía y punto, era mía cierto, pero el lograba que fuese mas bonita con un 'buenos días jodida marmota' un 'te adoro gilipollas', un ' estas preciosa', y es que mira nunca he sido de cursiladas, ni de ñoñerias, y a veces soy algo seca, pero cuando el me hacia reír, por que sonreír como el bien dice, la sonrisa es mía, cuando el lograba hacerme reír, que siempre lo conseguía ya fuese a base de cosquillas que la usaba como tortura, pero esa tortura al final acababa en una pelea de almohadas, y en una carcajada soltaba todo el aire, y es que conseguía dejarme sin aire.
Y fijaros si he visto hay sensaciones bonitas en la vida, millones, pero reír a carcajadas es sin duda una de mis prioridades, sonreír al final lo coges como costumbre, pero reír, es la cosa mas maravillosa, y el lograba que lo hiciera a cada segundo que estaba a mi lado.
Que cosas oye, siempre acabábamos diciéndonos lo mismo, siempre acabábamos protegiéndonos del daño que pudiéramos hacernos, pero los dos sabíamos que el mayor daño seria estar separados. Incluso había noches que recordaba cada uno de los momentos juntos, cada uno de ellos que locura, y que cada día tuviera uno nuevo, eso era realmente genial, era genial que cada dia tuviera una risa mas juntos, una mirada con la que nos decíamos todo, teníamos unas cuentas marcas ya fuesen de besos, mordiscos hasta puñetazos, todos y cada uno de ellos con cariño, unos con mas fuerza que otros.
¿Y recordar tus palabras por mi cabeza? Y donde hemos llegado, que locura, eso es, 'una locura de un par de locos' dos locos que como bien dice están locos el uno por el otro.
Y ver como ha cambiado todo, a veces a mal a veces a bien, al final ha cambiado, pero los cambios siempre son necesarios. Había días que no quería ni verle, y el a mi  me esquivaba en cada esquina, había otros que le buscaba hasta en el cielo por un puñado de besos, pero al final siempre estábamos el y yo.

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