Permitirme hablar de su sonrisa, de la lluvia, de la luna llena, del mar, de la música, del sol una mañana de Enero. Dejame que te cuente que sus ojos son eternos, y que el mar se queda corto, que el color carnaval te llega dentro, que sus labios son cerrojos que se atan a mi cuerpo.
Dejame que te cuente, que en su piel se puede navegar yo hice numerosas paradas pero eso, no se puede contar.
Tampoco se puede contar, como sonreia con maldad, ni que sus manos me amaban sin dudar.
No se puede pero lo voy a contar, por que el ya se fue sin avisar y mis pestañas estan cansadas de olvidar.
Dejame que te cuente que todo fue casualidad, que adoraba mi vestido y mi forma de bailar.
Dejame que te cuente como me mintio, pero no como me miro.
Dejame que te hable de sus lunares, y de los mapas que dibujaba.
Dejame sola, con el y sin ganas. Dejame y devuelveme su mar.
Somos a veces el vuelo de un pájaro, otras su caída. Que a ti te da lo mismo y a mi ya no me importa.
sábado, 4 de abril de 2015
Dejame que te hable. (O quiera).
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