Me cruzo con nuestro recuerdo, primer banco a la derecha o el último donde el sol iluminaba mis pupilas.
Adrede paseo por cada uno de ellos, hasta que lloro por dentro.
Todo está más entero, menos tú y tus ganas de no verme.
Tengo clavados bien dentro los porcentajes y todas las sonrisas que ya no me dedicas.
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