Échame una manta al corazón y deja de tirarme piedras.
Túmbate conmigo sobre el frío musgo, que se me están helando los huesos y he perdido la voz de chillar.
Tira abajo la puerta que no me deja escapar de estas cuatro paredes y de los mil demonios con los que estoy encerrada.
Estoy tomando malas decisiones y ahogándome en mi llanto.
No eras tan importante ni tan frágil.
No era yo tan ruda ni tan fuerte.
No eramos más que el viento que sopla certero sabiendo que acabará arrasando con(migo) todo.
Somos a veces el vuelo de un pájaro, otras su caída. Que a ti te da lo mismo y a mi ya no me importa.
domingo, 2 de diciembre de 2018
me dueles.
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