En el mar soy la persona más feliz del mundo. Las olas meciendome, el silencio, la sal en las pestallas, el sol en la nuca...
Me quedaría a vivir a kilómetros de la orilla pero sin perderla de vista.
Me quedaría a vivir, segundos y vidas...lejanas, ancladas.
El mar, mi segundo hogar.
No importa si llega un día antes o después, hemos demostrado que lo importante es que llega y cuando lo hace, arrasa con todo.
El flechazo, el amor, el cariño, la calidez...los besos que te debo en los ojos.
Después de 5 vienen 6 y después toda una vida. De eso se trata, de eso tratamos.
Como agua a la roca,
como leche al café,
como tu boca a la mia,
como mi vida a tus sueños.
Viajando en nube nada puede ir mal.
Rubén gracias por hacerme tan feliz y ser tan real.
No hay mayor poesía ni magia que la de ser juntos.
Que dure, que no se agriete, que no te pensen los días.
Que las dudas sean menos, que los días sean más.
Ser sin pedir.
El sol con sal,
la vida de más.
Casualidades.
Sin querer quererlo.
Nos hemos visto llorar y ya no se como salir de aquí.
Pero es que tampoco quiero salir.
Demasiado feliz desde que estas, desde que me abrazas, desde que me besas las comisuras de los labios cuando no tengo un buen dia.
Demasiado feliz desde que se que no te vas a ir.
Demasiado feliz desde que me miras, desde que me acaricias, desde que me buscas.
Desde que llegaste soy demasiado feliz, soy una estrella, soy inmensa.
Cuando decidiste devolverme la alegría, sacarme de casa, sacarme la sonrisa.
Cuando te tumbaste a mirar las nubes conmigo, desde que nos montamos en una.
Demasiado feliz y siempre feliz.
Es una carta de paz que no se como escribir.
Ni tan malo, ni tan bueno.
O eso ven mis ojos, los de ahora.
Nunca lo quise e intenté dejarlo a medias, la pluma en el tintero, transparente.
Pero era más fácil, ocurrió tarde y eso hace que evitemos las miradas.
No salió, ni inventamos días, ni surgieron dudas.
Todo iba a ser tal cual, ahora no lo entedemos.
Pero hay que firmarlo,
por los que un día lo hicieron aún sabiendo, aún sintiendo.
Puntos de vista diferentes, tú ya no te acuerdas y yo casi que tampoco.
Pero así es la vida.
No guardo nada malo.
Dejo la carta de paz en el tejado.
Toda tuya.
Bailando en el agua sin pisar el suelo.
Sintiendo tu mar, tus ojos, tu vida, tu tempestad...
Sintiéndome segura,
sintiéndome libre.
Sintiéndome vida.
Sintiéndome como siempre soñaba, soñaba contigo sin conocerte.
Vivía contigo sin saberlo, en la infinidad de tus pestañas.
En el brillo de tus mejillas.
Ahora soy y no termino de creer como es posible ser la misma costilla, la misma dirección.
Polvo.
De estrellas.
De muerte.
De bestias.
Y eso somos calor intenso, cariño eterno y muchas ganas.
