Me he roto escuchando lágrimas,
viendo como se parten
corazones en dos de pena.
El cielo gris que se empeña en lanzarnos lejos y dejarnos medio ciegos.
He sentido una lanza atravesada en la garganta, he tenido ganas de gritar sin tener un hilo de voz viendo como a alguien se le caía la vida de golpe.
Me he puesto sus ojos sin saber que vería, ni como saldría y no soy más que una extraña, sin ganas, sin nada.
El mundo al menos nos duele un ratito al día.