Me da miedo dejar de quererme.
Que el sol me ciegue.
Que la vida me tumbe.
Supongo que son miedos sinceros
a perder besos una vez más.
A saltar al vacío a un mar profundo y frío.
No es lo que me das en sí, si no lo que no soy capaz de recibir y vuelta a empezar.
Porque el verano se acaba y empezamos a perder las hojas como si fuesemos un árbol escondido con miedo al desnudo.
Porque somos cobardes y la vida nos grita desde los rincones que porque nos vemos más bonitos a oscuras, sin piel y con los trozos esparcidos por el suelo.
Porque no es lo que merezco si no lo que me dejo cuidar los jueves al atardecer cuando nadie me mira porque nada soy.
Y así estamos, sin saber ser sin poder salir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario