Somos a veces el vuelo de un pájaro, otras su caída. Que a ti te da lo mismo y a mi ya no me importa.
Irse de casa, cada vez, cerrar la puerta podría igualarse a un disparo a quemarropa, sin aviso aún sabiéndolo. Que no duela, que no queme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario