domingo, 26 de abril de 2020

En paz.

Me parece precioso recordar días sin dolor ni guerra. Si no con cariño y ternura, aquellos días donde fuimos más que humanos, tenía una sonrisa nerviosa y el pecho caliente.
Hoy me tumbo un ratito en cada portal con recuerdos, en cada abrazo con frío, en cada bordillo con risas. Porque nos lo merecemos. Nos merecemos recordar de una manera serena y real las ganas de comernos el mundo, las ganas de demostrarlo. Porque podemos intentar volver a aquellos días, a aquellos saltos, porque tenemos demasiado vivido y nadie nos lo puede robar, ni el viento, ni nuevos recuerdos. 
Y eso es un regalo precioso, tener tantos rincones que visitar, aunque sea solo un domingo como hoy. Aunque el paseo no salga del día de hoy. 

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