II
Volver a volver,
saber que no estás y yo nunca estaré.
No quiero contar
lo mismo que ayer.
Ahogar las palabras,
quemarme la piel.
Mis memorias me persiguen,
de eso no puedo librarme.
De lo que fui solo queda
hueso y carne.
Recuerdo lo que me dijo
mi abuelo aquella mañana:
"se puede perder la vista,
pero nunca la mirada".
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