Piedras.

Hay días en los que sentimos más frío, en los que estamos más perdidos, en los que tenemos atravesados en la garganta lo que somos o lo que hacemos y no somos capaces de soltar la piedra.

Sinceramente resumiría esa etapa, como eso no ser capaces de soltar la piedra. 

Y te acompaña y te duele. Pero la sueltas y duele más. 

A veces los días de Noviembre son así. Crees que habías soltado la piedra pero abres el cajón y allí sigue. 

Porque la vida no es viento que se lleva las hojas, la vida es ese cajón y esas piedras.