La madrugada me está quemando la piel y he salido a refrescarla.
La calle está tan solitaria como yo por dentro, ni las hojas de los árboles se inmutan. Los escalofrios recorren mi cuerpo y cada paso que doy parece una vida perdida. Y para perdido tú, que he salido a ver si te encuentro agarrado a otra rubia, la cerveza. Y me cuentas que me echas de menos que la cambias por mi, o no tanto, pero que me echas de menos. Y hace frío, porque no estás...por que te has ido.
Y como duele en el centro del pecho los días que no estas, ¿Pero sabes lo peor? Que me duelen más los que estas y te cruzas con una mirada indiferente como si nuestras vidas nunca hubiesen estado entrelazadas, y yo no se si no puedo más o si es que los días no han dejado de ser grises desde que no estas.