sábado, 13 de febrero de 2016

Caricias.

Dónde brilla la vida y se apagan las ganas te encontré, te baile y susurré durante las siguentes cuarenta noches, aún recuerdo como torcias la sonrisa a medio palmo de la mía.
Y te fuiste, te fuiste de noche y sin avisar, sin equipaje con lo puesto y veinte caricias de más.
Y me encontré con la luna a medias, el frío helando mi cuerpo y veinte caricias de menos.
Durante los siente días y quinientas noches restantes el olvidó permaneció entre mis costillas, a veces llegaba hasta el corazón...a veces llegaba hasta el alma.
Alma en pena la tuya, que aún me grita por los rincones.
Vida de alegría, de ganas, de ilusiones, la nuestra antes de que partieras.
Cae la noche, cae la nostalgia agarrada a mis pestañas y a las olas encharcadas de las copas que no me bebí y que apenas podían alzar el vuelo unos metros.
Metros de distancia que sacarían nuestra vida pero matarían nuestro orgullo.

viernes, 12 de febrero de 2016

Desde que te fuiste solo ha habido días grises. En los que el cielo amenazaba con romperse de norte a sur y mi pecho ansiaba un un hueco donde refugiarse.
A veces se quebraba y entre las nubes podía observar la silueta de tu cuerpo invitandome a salir.
He buscado tu besos en ochenta bares que olian a la marcha aquella noche, marcha fúnebre.
He encontrado tus manos en mi cintura, casi borradas pero bordadas.
Y tus ojos reflejados en los míos, se avecina tormenta.

miércoles, 10 de febrero de 2016

El corazón a media asta.
La vida entre las costillas que me entrecorta la respiración.
Los huesos a trozos.
Los ojos vendados.
La boca callada.
El alma escondida.
La sonrisa fingida.
Y es que hoy se ha muerto el olvido y he tenido que empezar de cero, como quien suspira por amor al amanecer y por dolor al atardecer.

Hoy han derribado las murallas del corazón y he besado palmo a palmo cada recuerdo de ti, por que hasta hoy no habia entendido que cada dia corro más y avanzo menos.
Como si infinitas cuerdas me uniesen aún a una vida de mentira, como si aun los pasos entrecortados que doy un dia si y un dia no me tirarsen cuchillos y...diana.
Vista al frente mi amor, ya es hora de continuar, sangrando, con las alas apalizadas y la sonrisa paralizada.

Mi cuerpo, roto por dentro y por fuera, se fue, me prometió volver con menos peso entre las costillas, menos peso a las espaldas, más recta y más entera. Me prometió.
Partió hace meses, vencedor nato, surcando los cielos que más tarde anhelaria recorrer contigo mi amor, recuerdo vano de un terrible aterrizaje que acabo con dos vidas menos y un corazón de más, de más pena.

Y ya ves, muerta de olvido.
Olvidada murió.