sábado, 13 de febrero de 2016

Caricias.

Dónde brilla la vida y se apagan las ganas te encontré, te baile y susurré durante las siguentes cuarenta noches, aún recuerdo como torcias la sonrisa a medio palmo de la mía.
Y te fuiste, te fuiste de noche y sin avisar, sin equipaje con lo puesto y veinte caricias de más.
Y me encontré con la luna a medias, el frío helando mi cuerpo y veinte caricias de menos.
Durante los siente días y quinientas noches restantes el olvidó permaneció entre mis costillas, a veces llegaba hasta el corazón...a veces llegaba hasta el alma.
Alma en pena la tuya, que aún me grita por los rincones.
Vida de alegría, de ganas, de ilusiones, la nuestra antes de que partieras.
Cae la noche, cae la nostalgia agarrada a mis pestañas y a las olas encharcadas de las copas que no me bebí y que apenas podían alzar el vuelo unos metros.
Metros de distancia que sacarían nuestra vida pero matarían nuestro orgullo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario