He empezado a mirar por mi, no se, comprendelo, me echaba de menos.
Me he recogido el pelo un poco y he soltado unos mechones para que ondearan al viento.
Me he mirado al espejo, con miedo y con ciertas excusas.
Y al fin.
He querido tanto guardarme la sonrisa que al estallar los labios los tenía teñidos de rojo.
La sangre ha dado color a mi piel.
Y han florecido los cerezos, como la primavera en cada rincón de mi cuerpo.
No se, entiendelo, quería sentirme.
Y he deshojado mi vida al compas de la tuya, creyendome adalid, ya sabes, te lo digo siempre de causas perdidas, yo misma.
Pero hoy he encontrado algo que no esta totalmente perdido y son las ganas. Vale si, el invierno las ha dejado inmóviles, desordenadas, descolocadas, apalizadas.
Pero mira quien soy yo para evitar que los rayos del sol que anuncian el inicio de la prrimavera quieran recomponerme, quien soy yo para negarme un poco de calor y alguna flor que otra.
Y es que me he recogido el pelo, me he pintado los ojos de rojo y me he enfundado en un vestido de flores que quien no tendría ganas de salir a la calle a bailar por mi.
Por que yo, no se tú, pero yo soy primavera.
Somos a veces el vuelo de un pájaro, otras su caída. Que a ti te da lo mismo y a mi ya no me importa.
martes, 22 de marzo de 2016
Primavera.
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