Te has perdido tantas veces, que siempre esperaré que vuelvas, como si no fuese la última vez.
Me voy a quedar toda la noche pensando que mañana vas a volver y es que todavía no te has ido.
Sentía un cosquilleo que ha ido cayendo hasta desaparecer, hemos bajado la persiana y hemos gritado que el silencio es nuestro mejor aliado.
Aunque no vuelvas. Aunque no te vayas nunca.
Es un colibrí.
Es un viaje sin billete.
Es una vida.
Es un hueco en el pecho.
Es una lágrima a medias.
Es otro día, con más ganas o más miedo.
Es todo lo que se lleva el viento, el tiempo y si no se convierte en acero.
He cerrado la puerta 547 veces y parece que está, no será.
Estoy despedazada por la habitación, me he cantado una canción desordenada y he creído volver a vivir, pero solo era un simulacro. Solo era un aviso.
Me araño, me extraño.
Me
vuelvo
a perder.
Somos a veces el vuelo de un pájaro, otras su caída. Que a ti te da lo mismo y a mi ya no me importa.
viernes, 13 de abril de 2018
Vacío.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario