Eres tan frío y duro que si te lanzase contra el suelo te partirias en mil pedazos.
Y eso he hecho. 

Le he preguntado al viento que por qué no me quieres, por qué no me miras.
Por qué has dejado de ser, pero sigues existiendo.
La retaila se acabó hace tiempo y lo estoy entendiendo.
Que este no es el momento y tú eres de cemento.

Arde.

Quiereme despacio.
Recorreme.
Desvisteme.
Curame.
Acariciame.
Desata el nudo que me nace de las costillas, desatame la vida que tengo amarrada al cuello.
Liberame. Surcame.

Entiendeme.

"Ojalá nunca hayas leído nada de lo que te he escrito, porque me destrozaría saber que a pesar de eso no me has buscado". Benedetti.

Apaga la luz, no ves que
estamos secos.

He dejado de besarte las mejillas y tengo la vida a trozos.

Estoy esperando un milagro que nos saque de esta. 
Estoy bañandome en tus ojos, colgando de tus pestañas, durmiendo en el centro de tu pecho aunque no te des cuenta.

Y todo se esta hundiendo, bajo el manto del otoño.

2:24

Cuando quiero de verdad lo hago con el corazón de par en par.
Y aquí estoy encharcada por dentro después de la tormenta.

Te
echo
de
menos.

Tanto, que los días han dejado de pasar.

Todos tenemos una debilidad.
Le miras y se te caen los ojitos, piensas ¿por qué?, se te nubla el corazón.
No quieres pensarlo pero ahí esta.
Tú extrañado.
Todos en un bucle.
Fin del mundo.

Arriba.

Respirando y soltando peso te encuentras mejor, caminas mejor.
Ya soltaste todo el lastre, haz las paces contigo misma, perdonate por tropezar en la misma piedra tantas veces.
Que nadie que no vaya a disfrutar de ti condicione quien eres.
Que nadie sea quien guíe tu vida, tus días.
Levantate, llevas días encerrada en ti, llevas meses sintiendote culpable.

Tu siempre ganas.
Ganas vida, ganas ilusión.
Has sonreido y has abierto todos los mares del mundo. Perdónate.
Te mereces estar donde estás.

Tú dime que no sirvo, que estorbo.
Que ya te haré reir y se partirán tus días de arriba a abajo. Ya florecerán las flores, ya saldremos a gritar que todo vuelve.
Y todo cambia.

Todo explota.
Se rompen los huesos.
Se parte el alma.
Todo se acelera.
Sales de tu cuerpo.
Te besas, te acaricias.
Y como un ave fenix...todo comienza.

Tengo ganas de días grises que hagan juego con mis ojos.
Tengo ganas de deshacer el nudo que tengo en la garganta.
Tengo ganas de ganar, y no ser yo la que lleva el timón de todo esto.

Tengo ganas de acabar contigo, de convertirte en olvido y que el viento se lleve todo lo que tenia previsto que fuesemos.

Abrazame fuerte. Que se estan acabando los días y me da miedo no despertarme a tu lado.
Abrazame como cuando nos comía la luna, en un verano eterno.
Abrazame, desde tan lejos. Como tan cerca.
Y se mi faro, se mi guía, se mi vida. 

Calma.

No se como se viven los días.
No se como gritarle al puto viento.
No se como no rendirme.
No se como aprender a verte.

Leete entre lineas por favor. No se si le estoy escribiendo a tu recuerdo o al maldito tiempo.

Que os jodan, a todos los que apostais al todo o nada, ganando.

Que os jodan, a los que salís un día cualquiera y sois capaces de volver enteros.

Que te jodan, a ti, a tu puñetera manía de largarte de mi vida, que te jodan.

Que hacer de tripas corazón es más sencillo si se me olvida que los lunes existen, que tú existes y que las noches en las que me persiguió la luna han dejado de ser noches.

Encerrar el corazon bajo llave, tirarla al mar más profundo y salir corriendo. Como si así nunca me fueses a encontrar.

Como si así nunca nos volvieramos a cruzar.
Todo era más facil, hasta que se cruzan unos ojos color carnaval. Y todos se rien y todos bailan, hasta que ven los pedazos esparcidos por el suelo, los quizá, el tal vez...los "nos volveremos a ver...".

Hay cosas que tienen que pasar, para poder sentir.
Sentir y lanzar palabras que pinten las paredes de mi alma.

Nunca en calma.
Pisoteada.

Quizás algún día te confiese que todo fue por ti.
Que todas las miradas eran tuyas.
Que todas las razones las negué.

Te confesaré todo, cuando no quedé nada.
Cuando no pueda más me verás sangrar.

%

Sabes que he aprendido lo que significan los gestos que haces con las manos, porque es lo único que me dices.

He aprendido que me miras sin verme.

Que me quieres sin querer. Que al viento le jode no vernos juntos, pero que las elecciones son duras.

No dejo de escribirte, a ti, porque no puedo hablarte, no debo.
Se que todo te suena a cuento, que demuestro que es cuento, que demuestro que no cuento.

Me duelen todos los bancos en los que dejamos de sentarnos.
Algún día, de casualidad, con la corriente del rio, fluimos.

Te escapaste de mi sueño la otra noche y aun siento que te rocé...como que no queremos ser y no dejamos de romper.

Ojala un dia me pilles mirandote, de golpe.
Y te salten los recuerdos.
Y te rompas los huesos.

Y me digas que siento.

Tiene que haber un día. Un día al año. Un día en tu vida. Aunque solo sea uno.
En el que me eches de menos.

En el que me quieras curar las heridas. En el que quieras dar marcha atrás.
En el que entiendas porque debiste permanecer.

Debe haber un instante, en el que todo accione y entiendas que la decisión fue erronea. Que dejamos de ser, que dejamos de vernos.

Tiene que haber un solo día en el que me vuelvas a mirar a los ojos.

Fundida.

Extremos opuestos. Me duele la sonrisa de no habertelo dicho antes y lo siento.

No tengo derecho, ni futuro, me escapo poniendo la excusa más tonta del mundo para no mirarte a los ojos.

Ya es tarde, lo advertiste, pero es que hay cosas que llevan su tiempo y cosas que no estan en su momento.

El sol me está quemando la piel que ya no tocas y lo siento.
Y espero, por si acaso un martes cualquiera resucitas y te puedo enseñar mi nuevo lugar favorito.

Y te encuentro, más feliz que nunca, tan como siempre. Y yo no se si contarte que nada ha cambiado o dejar que llegue el frio invierno.

(No se donde quedó ni el 5%...)

Voy y vuelvo, porque no me importa.
Pero vuelco.
Y un millón de ojalá.
Y un millón de no vendrás.

He apostado todo al negro, aún sabiendo que irá mal.
Pero ha amanecido y me crecen los sueños, se me cierran los ojos, se me nublan los peros.
Te has derrumbado tirandome por tierra todos los dias que no fuimos felices, ni libres, ni dueños.

Te has ido o no has vuelto, pero hoy todo vuelve a comenzar.