Extremos opuestos. Me duele la sonrisa de no habertelo dicho antes y lo siento.
No tengo derecho, ni futuro, me escapo poniendo la excusa más tonta del mundo para no mirarte a los ojos.
Ya es tarde, lo advertiste, pero es que hay cosas que llevan su tiempo y cosas que no estan en su momento.
El sol me está quemando la piel que ya no tocas y lo siento.
Y espero, por si acaso un martes cualquiera resucitas y te puedo enseñar mi nuevo lugar favorito.
Y te encuentro, más feliz que nunca, tan como siempre. Y yo no se si contarte que nada ha cambiado o dejar que llegue el frio invierno.
(No se donde quedó ni el 5%...)
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