Tiene que haber un día. Un día al año. Un día en tu vida. Aunque solo sea uno.
En el que me eches de menos.
En el que me quieras curar las heridas. En el que quieras dar marcha atrás.
En el que entiendas porque debiste permanecer.
Debe haber un instante, en el que todo accione y entiendas que la decisión fue erronea. Que dejamos de ser, que dejamos de vernos.
Tiene que haber un solo día en el que me vuelvas a mirar a los ojos.
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