Simplemente estaba triste.
Si.
No sabia como decirlo quizá no lo diga nunca.
Pero estaba triste, esa sensación de querer sonreír pero no.
Estaba cansada, quería acabar con todo aquello.
Un soplido que rompiera todo, que se llevase todo muy lejos, tanto que ya no escuchara tu respiración, tus palabras.
No quería mas que quedarme sola y mi tristeza.
Estaba triste, y no encontraba motivo de peso para ello, pero aun sin motivo el peso llego a ser casi insoportable.
Cogía aire y lo soltaba entrecortado, sin ganas.
El pulso se aceleraba y frenaba según mis pensamientos.
Tu estabas allí, tu y alguien mas presente.
Quería irme.
Quizá no aguante esa presencia.
Quizá no me guste recordar.
Estabas allí, estabais allí, siempre presentes.
Estaba triste.
Triste por mi, por no tener la fuerza de aguantar y rendirme.
Quería irme. Estaba triste.
Ya no era única, ni especial desde hace tanto tiempo que...que importa no lo era, ni para ti ni para nadie.
No quería estar allí. No estaba bien.
El viento seco, empezó a hacer herida con el paso del tiempo que me iba pisando los talones, empece a correr, y me escondí en un pequeño rincón, faltaba el aire, las ganas.
El sol quemaba, pero empezó a llover al segundo, termine calada hasta los huesos, huí sola, de nuevo, triste.
Que importa.
Allí estaba su presencia, de nuevo me miraba, se proclamaba ganadora. Después de todo lo que luche, la deje que se proclamara ganadora. Suena triste. Una guerra, guerra de sentimientos.
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