martes, 26 de diciembre de 2017

2017.

Empezaste fuerte, como siempre se empieza. Con ganas de cambiar, te quise comer.
La temporada casa fue increíble, las pizzas de los domingos, los viernes de juegos, las ganas.
Los planes de primeros de años, los nervios de segundo de bachillerato, la vida que se nos venia encima.
Celebramos por todo lo alto nuestros 18, los de cada una, nos abrazamos y brindamos, por todo lo que iba a venir.
Hubo momentos de inflexión, de decaer, hubo sorpresas, ilusiones, cambios.
El instituto llegaba a su fin pero teníamos guardados todos y cada uno de los recuerdos, de las risas, de los abrazos, que pena romperse pero nos tocaba crecer.
Antes debíamos luchar juntos, tocaba pasar la última barrera que nos quedaba y lo hicimos conseguimos el objetivo, quiza no perfecto, pero se hizo.
Era raro, habían cambiado muchas cosas, claro que era difícil, pero era verano y teníamos que ir a todas.
Volvimos a desconectar, entendi muchas cosas, me enrabiete, grite, me enfadé. Pero lo entendí.
Había que seguir. Como siempre.
Llego el último dia, aplauosos, tenia que estar orgullosa, lo hice, a pesar de creer que era imposible a pesar de tener en contra los nervios, lo hice.
Sonó Lei.
Vino la playa, la sal, los mojitos y la amistad, nos lo merecíamos.
Las cosas vuelven, era bonito dejarlas volver, quizá estuvimos equivocados, hay que abrazarnos.
Nos dejamos llevar por el verano, por las noches hasta las tantas, por las sorpresas, por las noches en vela.
Hemos escuchado a Rulo a escasos metros, nos hemos roto, hemos disfrutado rodeadas de algo maravilloso. Y hemos vivido experiencias, que son necesarias repetir este año que viene.
He tomado decisiones que no me hice a la idea hasta que no las tenia delante. Muchas.
He intentado sobrellevar cosas que hasta ahora he logrado.
He comenzado una vida nueva, estoy echando de menos y disfrutando muchísimo.
Estoy aprendiendo, esforzándome, y alegrandome de haber aprendido en este año, que hay cosas increíbles y que hay que hacerlas aun más increíbles, y que hay momentos en los que tenemos que aprender, acostumbrarnos y crecer.
Cada año es diferente, pero hasta de las cosas malas, de esas malas épocas o momentos debemos sacar algo.
Y a punto de acabar este año, solo tengo que pedir que este que viene sea igual de maravilloso que este.
Que mi gente siga siendo mi gente y que mi hogar este allí donde yo vaya.
Gracias 2017, voy a por ti 2018.

domingo, 24 de diciembre de 2017

Pica.

Da igual lo que hagas.
Da igual como lo hagas.
Siempre volverá al punto de retorno.
Da igual que intentes escalar la montaña, caerás.
Te verás caer.
Como duele.
Vuelve a caer.
Como pica.
Como araña.
Da igual lo que intentes conseguir.
Da igual lo que intentes cambiar.
Las cosas ya estaban predestinadas, esto no es. Yo no soy.
Que importa lo demás.
Que importo yo.

sábado, 16 de diciembre de 2017

Quiero romper el espejo.
Y las ojeras.
Quiero romper.
Tengo los párpados hinchados, pero no me veo, lo siento.
Lo siento.
Aprieta bien los ojos.
Y empieza a escalar, todo cada vez tiembla más, decae más.
No me busques más. No me sigas.
Alejate.
Quiero romperme en pedazos.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Y así.

No vemos.
Respira hondo.
No lo vamos a ver.
Me pican los ojos, llevas días debajo de las sábanas.
No importa. Ya ha pasado.
Huele a mentira.
No importa, volverá a pasar.
Tiralo por el suelo.
Es incandescente. No lo dejes.
Terminará pasando.
No lo abras.
No lo mires.
No te destroces.

viernes, 8 de diciembre de 2017

Loco.

No voy a parar mi vida cada vez que decidas pararte tu.
No voy a echar a perder los inviernos, cada vez que decidas perderme.
No voy a hacerlo.
No me rendiré y dejare de ser por que haya una mirada carbón que te tenga loco.
Loco por dejarme ir hoy.

jueves, 7 de diciembre de 2017

Resquebrajado.

"¿Me vas a decir que me quieres? Ya tengo esa herida.
Tengo esa herida.
Y suena a resquebrajado. Una vez mas.
Ven, niña, te voy a contar un secreto.
Te voy a contar como sobrevivir a tu propia historia.
Estoy cansada.
Y cada vez que intento sonreír, clavan mas hondo el puñal. Y cada vez que le veo los labios, me preguntó por qué, en qué momento.
Y cada mañana. Cada puta mañana.
Todo esta patas arriba.
Me apoyo contra la pared y dejo que mi cuerpo resbale hasta que pies y muslos sean mi único apoyo en el suelo.
Acumulo llanto desde hace semanas. Pero no. Ya no.
Solo quiero destrozar el tablero.
Sin preguntar. Sin prepararme. Cae. Caigo.
Y me ahogo a mi misma. Me dejo ahogar. De golpe pierdo el apetito, toda la fuerza ganada, todas las batallas vencidas, las ganas. Y despacio, la vida se desliza entre mis dedos. Y yo me quedó ahí, pasmada. Esperando que el mar haga de mi como de la rocas, que poco a poco me desgaste. Que ojala encuentre algo aquí debajo. Tras todas estas capas. Tras todos estos años.
Y si no, que me lleve lejos.
A parte. "

Échame una vez más.

Échame de menos hasta que te duelan las costillas y sus caricias se vuelvan ácidas.
Échame de menos de verdad.
Roto.
Otra vez.
Échame de menos hasta el punto que no quieras vivir sin mi.
Échame de menos.
Porque echarme es muy sencillo, cuando tienes mil puertas abiertas.
Pero que pasará, cuando quieras regresar y ponga mil cerrojos. Me echarás de menos tanto, que empezarás a querer respirarme.
Y no estaré, no.
No esta
vez.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Auxilio.

Pedía auxilio.
A gritos. (De silencio).
Mi mirada aclamaba ayuda. Nunca llego.
Nunca te fuiste.
Necesitaba oxígeno continuamente,
era/es una enfermedad crónica.
Necesitaba ayuda, ahora me doy cuenta, lo único que pedía era que me sacaran de allí, que me acariciaran las heridas.
Que me hicieran ver que no era normal.
No tenias que haber vivido tantas cosas, no tan joven.
No tenías que haber sentido esa raja en el pecho, no tantas veces.
No tenías que haberle conocido, no, no.
Perdoname por fallarte, debería haberte mandando ayuda, eras tan pequeña, lo hiciste genial todo excepto una cosa.
Debiste cerrar el cajón, dejarlo todo en ese abril frío.
No tendrías que haber vivido como lo hiciste, no tendrías que haber llorado tantas noches seguidas.
No tendría que estar escribiendo esto.
No deberías haberte sentido culpable.
No deberías haberte dejado la piel y la vida en mentiras, traiciones y veneno.
Y si no deberías, mi niña por favor, no debes hacerlo ahora tampoco, no me hagas volver a escribir esto en unos años, corre.